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De juglares y trovadores

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Entre el miedo y la novedad

el mayo 17, 2016

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¿Es posible aprender a desprenderse de los temores y abrirse a la novedad?

Luis Alberto Spinetta Novedad Pescado Rabioso Temor

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El hombre, un misterio

¿Qué ha llevado al hombre a formular la pregunta que lo pone en el centro de la escena? ¿Quién soy?, es una pregunta tan universal que atraviesa la historia repitiéndose una y otra vez. ¿Cuál es su origen? ¿Cuál es el sentido de semejante pregunta? En su obra “El hombre, un misterio”, Italo Gastaldi ( Gastaldi, Italo .- El Hombre: un misterio.- Ed. Don Bosco.- 1992 Pág. 22.-) menciona cuatro raíces que impulsan la pregunta acerca del hombre: el Asombro, la Inseguridad, el Fracaso y la oposición Frustración/Sentido. ASOMBRO El filosofar es como un despertar de la vinculación a las necesidades de la vida. Este despertar tiene lugar mirando desinteresadamente a las cosas, al cielo y al mundo preguntando qué sea todo ello y de dónde todo ello venga, preguntas cuya respuesta no serviría para nada útil, sino que resulta satisfactoria por sí sola. Karl Jaspers El asombro está en el origen del filosofar. ¿Qué produce el asombro? Maravillamiento, gozo, serenidad, paz,

El oficio de pensar

El Oficio de pensar “Cuando uno se despierta, quiere conocer la verdad, lo que se oculta detrás de las apariencias”. Jaime Barylko ¿Cómo se define el oficio del filósofo? En su libro “La Filosofía”, Jaspers plantea la distinción entre sabio y filósofo al distinguir a quien posee la verdad de quien la busca afanosamente o se contenta con contemplarla: “La palabra griega filósofo (philosophos) se formó en oposición a sophós. Se trata del amante del conocimiento (del saber) a diferencia de aquel que estando en posesión del conocimiento se llamaba sapiente o sabio. Este sentido de la palabra ha persistido hasta hoy: la búsqueda de la verdad, no la posesión de ella, es la esencia de la filosofía…”. Esta primera aproximación nos permite pensar al filósofo como alguien en permanente estado de búsqueda. La frase de Barylko que antecede estas líneas nos presentan al filósofo como un inconformista, aquel que no se contenta con un mera descripción de lo que ve, por el cont

Siempre hay un comienzo

¿Qué da lugar al filosofar? ¿Qué es aquello que origina, en la historia humana, hondas preguntas que movilicen al hombre en busca de una respuesta? Karl Jaspers [1] menciona tres raíces del filosofar: el asombro, la duda y las situaciones límites. Asombro Admiración, maravillamiento, embelesamiento, sorpresa, encantamiento, fascinación, deslumbramiento. A lo largo del tiempo, el hombre se ha sentido hipnotizado por la naturaleza: la perfección del mundo natural y, fundamentalmente, su belleza, han originado fascinación de parte del hombre al punto que, en todo tiempo, se ha interrogado sobre el origen del cosmos, su sentido y finalidad. En La Biblia, el Salmo 8 destaca la majestad del Universo y, frente al sobrecogimiento que genera su contemplación, el salmista se interroga: “¿Quién es el hombre para que te acuerdes de él?” (Sal 8, 5). Así, la naturaleza y el asombro que ésta genera, dan lugar a una pregunta de raíz filosófica. El asombro y la admiración exigen el

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